Tiempo atrás era impensado pensar la tecnología en el campo, pero hoy llegó para quedarse y ofrecer soluciones efectivas a los productores.

Agro Sustentable es una empresa argentina que ofrece alternativas para los productores, muchas de ellas están relacionadas o son tecnológicas. Joaquín Basanta, el presidente de la empresa, sostiene que la producción agrícola tiene que ser rentable y al mismo tiempo, cuidar el medio ambiente.
La compañía hace más de diez años trabaja con diferentes agricultores del país y distribuye sus productos también a otros países de afuera, especialmente algunas regiones situadas en España.
De este modo, sus investigaciones han llevado a que consiga la producción y venta de dos bioinsumos centrales. BIOFERT GTG, un fertilizante natural que colabora para que el cultivo reciba los nutrientes que le hacen falta. Y, BIOINSECT, un insecticida orgánico que controla las plagas y enfermedades en las plantas.
Para que estos insumos lleguen a todas las áreas y sean bien recibidos por las plantas, la compañía alienta al uso de drones.
Lo positivo que han encontrado en estos equipos es su capacidad para llegar a todos los cultivos necesitados. Para conocer qué plantas necesitan de estos insumos, la tecnología también puede ayudar. Hay apps o plataformas que le indican al productor algunos datos como los niveles de humedad, las zonas que necesitan riego, entre otros aspectos.
La tecnología permite combinar aquellas prácticas tradicionales con nuevos métodos para conseguir mejores cultivos.
Con qué tecnología cuenta hoy el productor
Dentro de las nuevas herramientas, hay una diversidad de opciones que se pueden amoldar a las necesidades y al presupuesto de cada productor.
El uso de robots, por ejemplo, es una de las opciones. Son dispositivos que permiten hacer tareas que en su lugar haría el productor. Esto puede ir desde la siembra, hasta los sistemas de riego y poda.
Estos robots pueden funcionar todo el día y no tienen la necesidad de frenar o descansar que es lo que puede ocurrir si lo hace una persona.
La Inteligencia Artificial también se puede usar en el campo. Su uso permite hacer un seguimiento de los cultivos y evitar los desperdicios.
Los drones como vimos anteriormente, cuentan con cámaras y elementos que brindan la posibilidad de que las tareas o los insumos agrícolas estén enfocados en los cultivos y las zonas necesitadas.
Los sensores sirven para controlar las plantas y revisar aspectos como los niveles de humedad, las condiciones de la tierra, la disponibilidad de nutrientes, entre otros factores que mejoran o empeoran la calidad de los cultivos.
Los productores pueden tomar decisiones acertadas, ya que la información actúa como una especie de luz guía para conseguir resultados positivos.
A través de la tecnología, el productor se puede desentender de la situación y la tarea se puede realizar de forma automática. Con horarios determinados y teniendo en cuenta las zonas más secas, se puede conseguir un riego efectivo.
Esto consigue que el agua sea usada correctamente y no se derroche el recurso.
Al aplicar la cantidad exacta de agua necesaria, se evitan los excesos o la falta de agua y la planta y los frutos no se ven perjudicados.
La tecnología puede recopilar y analizar muestras del suelo para tener mapas detallados que muestres cómo está compuesta y la calidad que tiene esa superficie elegida para sembrar.
Como se puede observar, la tecnología realiza aportes que son valiosos para el productor rural, para sus acciones y decisiones en el campo. Pero, sumar tecnología también implica realizar una importante inversión para comprar los elementos necesarios y para formar a los operadores.
No sirve de nada contar con los equipos y no saber usarlos. Esas son las reglas del juego para ganar la partida y conseguir una producción rentable en términos económicos y ambientales.
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