¿Agricultura sin suelo? La hidroponía como solución al cambio climático

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La degradación suelo obliga a aplicar nuevas técnicas como  alternativa  parra continuar desarrollando la industria agropecuaria. 

La agricultura atraviesa una etapa con dificultadas, relacionadas con  la crisis climática. Las consecuencias que pueden desarrollarse podrían afectar drásticamente a la población,  principalmente al hablar seguridad alimentaria. De aquí la necesidad de alternativas. 

En este escenario, la hidroponía surge como una solución innovadora ante el cambio climático, la urbanización descontrolada y la degradación de los suelos, que podría redefinir la agricultura tal como la conocemos. De la mano de la tecnología y los conocimientos en la materia, se propone una nueva forma de cultivo. 

Un suelo en peligro y una “solución” para una nueva era de la agricultura 

El suelo es el protagonista de la agricultura, siendo una de las actividades del inicio de la civilización humana, cuya actividad es la proveedora de la alimentación del mundo al obtenerse diversas materias primas. No obstante, la erosión, la salinización, la compactación y la contaminación causan su degradación y es una gran preocupación.

Por ello, la pérdida de suelo apto para cultivar no solo afecta a los agricultores, sino también a la capacidad de las sociedades para garantizar su seguridad alimentaria y se vuelve necesario explorar alternativas que no dependan exclusivamente de la calidad del suelo para la actividad.

La hidroponía surge como una alternativa al cultivo en el suelo, utilizando el agua como base.  Se utilizan técnicas que  potencia las propiedades nutritivas del agua para cultivar plantas, como un medio viable y sostenible. 

De esta forma, se elimina la total de la dependencia del estado del suelo siendo que las plantas  tienen otro  medio con controlado y efectivo, que puede incluir sustratos como fibra de coco, lana de roca o perlita, para crecer en agua.

La necesidad de contar con suelo se elimina para la actividad, pero además se minimiza el uso de altas cantidades de fertilizantes y pesticidas lo que lleva a una reducción de la contaminación ambiental, como así también se disminuye el uso del agua en comparación dela  agricultura convencional. 

En este sentido, la hidroponía  aporta sostenibilidad ante el cambio climático, al permitir tener cultivos tanto en entornos urbanos como rurales. Siendo que en la urbanización se reduce el uso de transporte para el traslado de las cosechas, lo que se visualiza en la disminución de emisión de gases de efecto invernadero que causa a la logística. 

Además, de poner a prueba como aplicar tecnologías avanzadas, como son sensores para monitorear las condiciones de crecimiento y sistemas de iluminación LED eficientes, logra producir  alimentos en espacios más pequeños, siendo una ventaja ante la necesidad de grandes lotes que tiene la agricultura tradicional. 

Por esto, la hidroponía gana espacio como una opción para aumentar la resiliencia alimentaria, sobre todo en zonas que se ven afectadas por la desertificación o con acceso limitado a tierra fértil, necesitando agua y no suelo. 

Estos factores la convierten en la herramienta que puede generar el inicio de la redefinición de la agricultura, como la conocíamos, en un escenario de constante cambio. No se trata de un reemplazo para agricultura tradicional, pero sí de una estrategia para el cuidado del suelo. 

Pero para implementación es necesaria una importante  inversión inicial para instalar sistemas hidropónicos, lo que puede ser un límite para su expansión mundial. También, el mantenimiento de estos sistemas precisa de personal capacitado con conocimientos técnicos y acceso a infraestructura adecuada.

Ante este panorama, es importante remarcar  su desarrollo dependerá tanto de la inversión como de la capacitación, para que sus resultados sean los esperados.

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