Expertos advirtieron los fenómenos mundiales que condicionan la forma de productor en América Latina

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Las variaciones en el clima, el aumento de la demanda alimentaria y el uso de nuevas tecnologías, son factores que dirigen la atención a nuevos mecanismos de producción agrícola. 

El uso de nuevas tecnologías llevó a romper con los esquemas de trabajo tradicionales y puso la atención en otras formas de trabajar el campo. 

La crisis alimentaria que sufren muchas regiones está condicionada por la digitalización de la sociedad. Avances que muchos estaban convencidos de que iban a demorar varios años, se pudieron concretar en pocos meses. 

Durante años, las tecnologías digitales favorecieron el desarrollo de muchos sectores y rubros laborales. De todos modos, la desigualdad entre los territorios urbanos y rurales sigue siendo importante. 

Tal es el caso de la diferencia que existe entre los ingresos económicos y otras variables relacionadas a la educación, la edad y la residencia en el campo con el acceso a internet y a otros instrumentos digitales. 

Las tecnologías digitales atraviesan el desarrollo rural y la producción agrícola. Son estas herramientas las que le permiten al agricultor obtener y analizar la información vinculada con el estado de su campo para luego poder actuar en consecuencia. 

Estas tecnologías son útiles en distintos eslabones de la cadena que integra la elaboración de los alimentos. En algunos casos de manera directa y en otros de forma indirecta, pero en todos los casos permitiendo el desarrollo de variedades de cultivos para la producción de productos alimenticios. 

Las maquinarias y los equipos que suelen usar dentro de la agricultura de precisión pueden ser adquiridos y manejados por los agricultores directamente. Por el contrario, hay quienes eligen contratar a personas de afuera para que operen los equipos.

Esto también va a depender del uso de la tecnología. Si es de uso permanente, generalmente es manejada por el productor como por ejemplo, un robot o una máquina para ordeñar. En cambio si es un equipo de uso estacional, como pueden ser las cosechadoras, muchos eligen la opción de tercerizar el trabajo. 

Más allá del uso de la tecnología, todas necesitan de la conectividad para poder funcionar. 

Hay mecanismos que incluyen la aplicación de bioinsumos determinados que se hacen cargo de los factores externos necesarios para su implementación. 

La industria agrícola también necesita de las tecnologías de la información.. Éstas son usadas para el procesamiento y el análisis de los datos para luego relacionarse con los agricultores. 

En el centro del debate: el tratamiento de los datos obtenidos con las tecnologías

La información que obtienen y analizan los equipos digitales generan que los productores tengan datos que antes no estaban disponibles y que accedan a un aprendizaje continuo para poder sacarles su mayor provecho.

Para poder potenciar su uso se necesita de políticas de datos y de ciertos reglamentos que faciliten el intercambio de la información y permita el desarrollo y la protección de los datos que se manejan con el uso de estos equipos digitales.

Dentro de la relación entre el intermediario hasta el consumidor, las tecnologías digitales cobran relevancia, así como también, dentro de la interacción entre los productores. Las tecnologías abren la puerta para la formación de cooperativas y otras organizaciones que permita la compra de insumos, servicios y venta de productos, como también la difusión de los conocimientos adquiridos y el acceso a mercados internacionales. 

Factores externos como la reducción en el uso de agroquímicos o la mejor gestión de los recursos naturales, son factores que inciden en el uso de la tecnología en el camino hacia una producción más amigable con el medio ambiente. 

Estas bondades obtenidas a partir de los instrumentos digitales se traducen en un menor uso de los insumos para el campo y en un mayor ahorro del capital invertido en ellos. La capacitación digital que tienen que desarrollar los agricultores también es parte de la nueva era y compromete al aprendizaje de nuevas habilidades para darles un uso adecuado a estas herramientas. 

Otro factor externo que se conjuga con un desafío para el sector es la creación de políticas que alienten las posibilidades laborales en el sector rural, causando un efecto positivo  sobre la demanda de mano de obra y el tipo de trabajador que exigirá el futuro de la agricultura digital o hasta el momento denominada 4.0. 

Agro Sustentable y su perspectiva sobre la tecnología en el agro

Joaquín Basanta, presidente de la empresa Agro Sustentable sostienen que el uso de la tecnología en el campo llegó para quedarse y va a abrir nuevas formas de configurar el trabajo agrícola y la concepción del agricultor dentro de un establecimiento rural. 

Por su parte, la compañía apunta a la elaboración de insumos orgánicos para el campo y a su aplicación mediante drones con IA que requieren de una capacitación del productor para poder usarlos.

La red de asesores de Agro Sustentable acompaña a los agricultores para que puedan tomar decisiones y se puedan acercar a las nuevas herramientas digitales disponibles para el agro. 

Los drones están siendo probados por agricultores de Misiones, donde la empresa tiene su sede central y son equipos que permiten brindar información sobre las condiciones reales de los terrenos y de los cultivos. 

Con una aproximación de la situación productiva y la capacidad de leer esa información, el productor agrícola está preparado para tomar decisiones que permitan obtener cultivos de calidad, sin perder de vista el cuidado del ambiente. 

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