Las buenas prácticas que envuelven a la producción agrícola pueden ser el desencadenante que termine en la producción de mejores alimentos que le den de comer a toda una población.
Matías Imperiale, integrante del equipo que dirige la empresa Agro Sustentable reconoció que la compañía acompaña a los productores rurales para que puedan perfeccionar sus prácticas y terminan siendo saludables con el ambiente.
Los bioinsumos pueden ser fertilizantes, insecticidas que se aplican en las distintas etapas del cultivo. La concepción que aplica Agro Sustentable es la de producir productos que no sean contaminantes ni perjudiciales para el espacio natural.
Las demandas de los consumidores y mercados internacionales, dirigen la mirada transformadora de los establecimientos productivos y en esa transición Agro Sustentable dice “presente”, sostuvo Imperiale.
Afianzar las buenas prácticas agrarias como llevar a cabo la aplicación de los bioinsumos, son acciones que facilitan la concreción de dos factores esenciales desde la perspectiva de la sostenibilidad productiva. El “valor agregado” y el “valor agregado ambiental”, son necesarios para competir dentro del mercado, dice Imperiale.
Estos logros están anclados a una serie de características que marcan la diferencia y que le da un mayor valor y confiabilidad a las prácticas desarrolladas dentro de un predio productivo.
Dentro de esta perspectiva, la concepción de “valor agregado ambiental”, hace referencia a la evidencia que deja la adopción de mecanismos productivos que se preocupen por el bienestar de las personas y de los elementos del ambiente.
Miradas diversas sobre las Buenas Prácticas agrícolas (BPA)
En un mundo donde se está comenzando a consolidar un modelo productivo caracterizado por las BPA, es conveniente seguir analizando las bondades que presentan estos mecanismos para poder hacer crecer estos proyectos y volverlos más atractivos dentro del mercado.
Esta perspectiva alude a una forma determinada de conseguir los productos agrícolas y pone especial énfasis en los procesos de siembra, cosecha y postcosecha de los cultivos, apostando a que cada etapa se ajuste a las exigencias de una producción sana, segura y armoniosa con el medio ambiente.
Estas demandas pueden variar de acuerdo a la región productiva, de esto dependerá el paquete de acciones y decisiones que encare el productor rural.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), resume el concepto de las BPA como una herramienta que busca la sustentabilidad ambiental, económica y social a partir de las producciones agrícolas desarrolladas.
Esta mirada se traduce en la obtención de productos alimenticios y no alimenticios más saludables que pueden ser elegidos y consumidos por los clientes. Al mismo tiempo que la FAO hace hincapié en la importancia que tiene este modelo para los pequeños productores, cuyo desempeño es recomendable que sea acompañado por políticas y programas puntuales.
Por otro lado, la Organización convoca a que el Estado ejerza un rol activo para asumir la incorporación de los que se denomina atributos de calidad en los productos agropecuarios. Sobre esta base, se puede apuntar a adornar un marco normativo que brinde un respaldo sobre los beneficios del modelo para el bienestar del ambiente y de la salud de las personas.
Pasando en limpio, del Estado se espera que contribuya a consolidar las BPA y puntualmente aquellos factores que resaltan la calidad en los alimentos y que le dan un valor extra y los diferencia del resto de los productos. Así como también, la posibilidad de exponer aquellos componentes que el consumidor no puede ver a simple vista como la presencia de algún tipo de residuo químico.
No hay que dejar de lado la variable comercial que atraviesa a todas estas prácticas. No llevarlas a cabo puede implicar la prohibición de ingreso a ciertos mercados internacionales. Es oportuno entonces plantear alianzas público-privadas que permitan expandir el conocimiento y la formación científico y tecnológica para ejecutar las BPA, una dinámica que por lo menos en la Argentina se lleva adelante en centros de investigación, universidades o organizaciones empresariales.
Tal es el caso del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el cual ofrece un servicio de certificación para aquellos usuarios que quieran dejar constancia de tales prácticas. Lo que se pretende es fomentar una competencia justa para las pymes y pequeños
productores, en pos de que obtengan las mismas oportunidades de crecer en los mercados locales e internacionales.
Dentro de la pequeña y mediana producción agrícola, hay quienes continúan expandiéndose mediante el uso de los bioinsumos. BIOINSECT y BIOFERT, son los que ofrece la empresa Agro Sustentable y que contribuyen a terminar con las plagas y aportar los nutrientes que las plantas necesitan.
Detrás de las BPA, el interés y la inversión de los productores es el vehículo que permite recorrer el camino de la sostenibilidad agrícola.