Bioinsumos de última generación, el aliado para un nuevo paradigma de producción agropecuaria 

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Agro Sustentable se destaca en la Argentina como uno de los impulsores de la investigación y uso de bioinusmos en la agricultura. 

La producción en el campo enfrenta  desafíos ambientales cada vez más complicados, por lo que la agricultura debe encontrar respuestas para responder las demandas y  cómo aumentar la productividad para alimentar a una población en crecimiento sin agotar los recursos naturales ni perjudicar el medio ambiente. Los bioinsumos son esa respuesta necesaria. Agro Sustentable es parte de este cambio de paradigma.

Los bioinsumos son desarrollos biotecnológicos marcan un punto de inflexión en el camino hacia una producción agropecuaria más limpia, resiliente y alineada con los objetivos de sostenibilidad.

¿Qué son los bioinsumos?

Los bioinsumos son productos biológicos desarrollados a partir de microorganismos, extractos vegetales, minerales naturales o residuos orgánicos, que se utilizan en reemplazo o combinados con los agroquímicos tradicionales. 

Se comenzaron a usar en el trabajo  en el campo con diversos objetivos como mejorar la nutrición de los cultivos, controlar plagas y enfermedades, y estimular el crecimiento vegetal, pero su gran distinción es que su composición no causa efectos negativos en el ambiente ni en la salud humana.

En la Argentina, Agro Sustentable se destaca como la empresa que se dedica a la investigación, desarrollo, producción y distribución de bioinsumos para mejorar la calidad y el rendimiento de los cultivos.

Pero los bioinsumos de última generación van más allá de esa definición básica ya que suman el uso de la ciencia, como biología molecular, inteligencia artificial y edición génica, para desarrollar soluciones precisas, adaptables a distintas condiciones climáticas y con una eficiencia superior a los productos tradicionales.

De esta forma, son utilizados bajo una conciencia ambiental y como parte de  una transformación profunda del modelo agroproductivo, en el que el minimizar el impacto ambiental en la producción es un factor de gran relevancia. 

El camino hacia un cambio de paradigma en la agricultura es un hecho, y a raíz de esto se busca dejar la dependencia de fertilizantes sintéticos y pesticidas químicos,  en una llamada revolución verde sin la contaminación de suelos y aguas, pérdida de biodiversidad, y problemas de salud en poblaciones expuestas.

En lugar de atacar al sistema productivo con insumos externos y muchas veces agresivos, se parte del conocimiento profundo del ecosistema para potenciar sus propias dinámicas, de allí la creación de bioinsumos. Por ejemplo, en lugar de usar un fungicida químico, se coloca un hongo benéfico que inhibe al patógeno mediante competencia o producción de metabolitos.

Este enfoque es lo que muchos especialistas llaman agricultura regenerativa, siendo un concepto que engloba prácticas con las que se busca tanto reducir el impacto ambiental como restaurar la salud del suelo y promover la resiliencia agroecológica.

En este escenario, cabe recalcar que la nueva generación de bioinsumos está siendo impulsada por desarrollos científicos de vanguardia como son la biología sintética y edición génica con tecnologías como CRISPR permiten modificar genes de microorganismos para aumentar su eficacia. 

También, el uso de la nanotecnología siendo nanomateriales que permiten encapsular microorganismos o sustancias bioactivas, aumentando su estabilidad, vida útil y capacidad de liberación controlada en el ambiente.

La incorporación de la Big Data y modelos predictivos, como son  los sensores y plataformas digitales con los que se pueden ajustar las aplicaciones de bioinsumos de acuerdo a condiciones climáticas, tipo de cultivo o estado del suelo, maximizando su eficiencia y reduciendo desperdicios.

Y también, fermentadores inteligentes teniendo en cuenta quelas nuevas plantas de producción usan biorreactores automatizados que controlan temperatura, pH y nutrientes logrando cultivos microbianos más puros y fortalecidos. 

Estas tecnologías, como las que utiliza Agro Sustentable, no solo hacen que los bioinsumos sean más eficaces en sus resultados, sino que también permite un crecimiento en  su producción y distribución de forma sostenible.

El crecimiento del mercado global de bioinsumos refleja que ya no se trata de una tendencia o puesta a prueba, sino una respuesta que gana terrero. Según la consultora Markets and Markets, se espera que el sector supere los 24.000 millones de dólares hacia 2028, con un crecimiento anual del 13%.

Este gran crecimiento se explica no solo por razones ambientales, sino también por la creciente demanda de alimentos orgánicos, la presión de los consumidores por prácticas más responsables y la necesidad de adaptarse al cambio climático.

La ciencia se convierte en una aliada estratégica para la agricultura y su gran producción mundial. Lejos de ser una amenaza a las formas tradicionales prácticas, los bioinsumos de última generación ofrecen una vía concreta y eficaz para producir más, mejor y de manera sostenible.

La agricultura del futuro cercano será más precisa, más ecológica, más conectada. Y en ese nuevo paradigma, los bioinsumos no son una opción sino que ya son una herramienta imprescindible para construir un sistema agroalimentario más justo, resiliente y amigable con el planeta.

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