El detrás del sello verde: guía de certificaciones sostenibles en agricultura

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Como Agro Sustentable, existen diversas empresas que cuentan con certificados que aseguran cuidados sostenibles en su producción. 

En cada compra en los  supermercados, los consumidores están frente a un amplio abanico de variedad de productos agrícolas con distintas etiquetas que llaman la atención como son orgánico, sustentable, libre de pesticidas, comercio justo. 

Detrás de cada uno de estos sellos hay una serie de  normativas, auditorías y compromisos ambientales que buscan transformar la manera la que se produce y consumen alimentos. Agro Sustentable es uno de los grandes ejemplos de la Argentina. 

El auge de las certificaciones sostenibles, que son y qué tipos hay 

Las certificaciones agrícolas sostenibles son una respuesta a una fuerte demanda de poder garantizar que los alimentos no solo sean seguros y de calidad, sino que también se produzcan respetando al medio ambiente, a los trabajadores y a las comunidades locales.

Este crecimiento de las  etiquetas data desde los años noventa, desde entonces el número de certificaciones se multiplicó, y hoy existen decenas de sellos verdes en circulación. El auge de este tipo de certificaciones está directamente relacionado con el escenario actual mundial atravesado por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación de suelos y aguas, y las malas condiciones laborales en muchos sistemas productivos.

Frente a este panorama, los sellos verdes se presentan como una herramienta para transparentar prácticas y generar confianza entre los productores y consumidores. Agro Sustentable es una de ellas, certificada como Empresa por B Lab por cumplir con  estándares de desempeño social y ambiental, transparencia y responsabilidad.

Pero no todos los sellos tienen el mismo significado, ya que algunos están enfocados en prácticas ecológicas, otros en aspectos sociales, y otros aún en innovaciones tecnológicas.

La certificación orgánica es una de las más conocidas y su fin es asegurar que el producto fue cultivado sin pesticidas sintéticos, fertilizantes químicos ni organismos genéticamente modificados. Los estándares varían según el país, pero en general tambien se regulan aspectos como la rotación de cultivos, el bienestar animal y el uso racional del agua.

Rainforest Alliance es otra de las certificaciones. En este caso, esta combina criterios ambientales y sociales, busca garantizar prácticas agrícolas que protegen los ecosistemas, los derechos de los trabajadores y promueven la resiliencia climática.

Fairtrade o comercio Justo está entre la lista, y  este sello se enfoca en las condiciones laborales y comerciales de los productores, garantizando precios justos, contratos estables y derechos sindicales. Aunque no siempre está relacionada con prácticas ecológicas estrictas. 

GlobalG.A.P es una certificación europea pone énfasis en las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), incluyendo trazabilidad, seguridad alimentaria, gestión de recursos y salud ocupacional. Es una de las que más se tienen en cuenta a nivel internacional para realizar exportaciones.

La última de la lista es la correspondiente a las certificaciones Carbono Neutro que refiere que el proceso productivo logró  compensar o reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Se alinean con metas climáticas globales. 

La implementación de estas certificaciones no solo indica que se cumplieron con ciertas cumplir medidas y normativas, sino que se trata de adoptar tecnologías que faciliten el monitoreo, la trazabilidad y la eficiencia en el uso de insumos. Y son los avances tecnológicos que toman un rol clave en la transición hacia una agricultura más sostenible.

Por ejemplo, drones y sensores en campo permiten evaluar la salud de los cultivos y detectar plagas con precisión milimétrica, reduciendo la necesidad de agroquímicos, como utiliza Agro Sustentable. Plataformas digitales recopilan datos en tiempo real y los integran en reportes que auditores y certificadoras pueden revisar de forma remota. 

Detrás de cada sello verde hay una serie de decisiones y compromisos para llegar de la mejor manera y con las demandas que tiene el consumidor ya que cada vez que alguien elige un producto certificado, está votando con su billetera por un modelo de producción más responsable.

La conciencia ambiental está creciendo en todo el mundo, sobre todo entre las nuevas generaciones lo que además de significar una mirada positiva en un escenario de caos requiere un cambio en las prácticas, con un enfoque sustentable. 

Si bien el camino ya se comenzó a afianzar, aún queda mucho por hacer, puntualmente en áreas como la educación y acceso a la información. Para ello, es importante el trabajo en conjunto, para una mirada integral y sólida. 

Entender qué hay detrás de cada etiqueta es un paso necesario para ejercer un consumo verdaderamente informado poder comprender que el cuidado del ecosistema es uno de los puntos que deben fortalecerse, siendo el lugar donde se desarrolla una de las actividades más importantes: la producción de alimentos. 

Los sellos verdes no se trata de decoraciones en el envase de cada producto, sino que  son la punta visible de un iceberg que implica cambios tecnológicos, sociales y ambientales profundos. 

Comprenderlos y promoverlos es clave para avanzar hacia una agricultura verdaderamente sostenible donde el futuro del planeta se juega también en el modo en la que se producen los alimentos, las certificaciones pueden ser una herramienta valiosa. 

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