Cultivo sustentable de pepino: una apuesta argentina por la calidad y el medio ambiente

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Cultivar pepinos puede parecer simple pero cuando se hace de forma sustentable entran en juego un montón de decisiones que hacen la diferencia. En distintas zonas de Argentina se están implementando métodos más cuidadosos donde la productividad y el respeto por el ambiente van de la mano. El cultivo del pepino, aunque tradicional, se está transformando con ayuda de nuevas herramientas y un enfoque mucho más inteligente.

El primer paso para lograr ese cambio es mirar el suelo con otros ojos. Hay productores que trabajan con análisis detallados para saber cómo está el terreno antes de plantar. Se estudian los niveles de materia orgánica, la humedad, y otros parámetros clave. Esto permite ajustar los métodos según cada lote, en lugar de aplicar fórmulas genéricas.

Otro punto central es el uso eficiente del agua. No todo se trata de regar mucho sino de regar bien. Por eso se están usando sistemas de riego por goteo con sensores que detectan cuándo es el momento justo para activar el riego. Además hay quienes incorporan datos meteorológicos locales para planificar mejor los turnos. Así se evita el derroche, se cuida el recurso y se ayuda al cultivo a crecer de forma más pareja.

El manejo de plagas también tiene su propio giro. En vez de usar agroquímicos como primera opción, muchos productores están optando por estrategias más suaves. Algunos trabajan con cultivos trampa que desvían a los insectos, otros aplican extractos vegetales naturales que no afectan al entorno. Incluso hay quienes están incorporando insectos benéficos que se comen a los invasores sin alterar el ecosistema.

El pepino necesita un clima templado y cierto nivel de humedad, así que el seguimiento climático se vuelve clave. Acá es donde entran las plataformas digitales que permiten monitorear datos desde el celular. Los técnicos pueden chequear si viene una semana con heladas, o si hay riesgo de enfermedades fúngicas y compartir esa info al instante.

El aporte de Agro Sustentable y el enfoque de Matías Imperiale

La empresa Agro Sustentable viene dando pasos firmes en este camino. Con presencia en varias provincias, trabaja junto a productores que quieren cambiar su forma de cultivar sin perder rendimiento. Desde el área operativa, Matías Imperiale está liderando procesos que conectan tecnología, asesoramiento técnico y decisiones concretas en campo.

Su propuesta no se queda en lo teórico. Va al terreno, conversa con los productores, prueba herramientas nuevas y ajusta en base a lo que funciona. Se están usando sensores de suelo para detectar cuándo hay déficit hídrico y aplicar riego solo en las zonas que lo necesitan. También se promueve la aplicación variable de fertilizantes que permite nutrir mejor cada sector del cultivo sin pasarse ni quedarse cortos.

En el caso del pepino, se está apostando a modelos mixtos donde se combina el seguimiento técnico con prácticas más intuitivas. El personal de Agro Sustentable trabaja en campo revisando el desarrollo de las plantas y cruzando esa observación con imágenes satelitales. Así se puede ver si hay zonas más atrasadas en el crecimiento o si aparecen manchas que pueden indicar algún tipo de estrés.

Además se fomenta el uso de bioinsumos. En lugar de productos sintéticos se buscan alternativas como microorganismos benéficos, extractos vegetales o compost líquido. Estas soluciones ayudan a nutrir el suelo, estimular el sistema inmunológico de las plantas y reducir el impacto ambiental. Muchas veces estos insumos son desarrollados por emprendedores locales y Agro Sustentable les da espacio para crecer y llegar a más productores.

Los cultivos bajo cubierta también están tomando fuerza, especialmente en las zonas con climas más extremos. Se instalan túneles plásticos o estructuras con mallas para proteger las plantas del viento, del exceso de sol o del granizo. Agro Sustentable está acompañando estos proyectos con asesoramiento técnico y aportes en infraestructura ayudando a que el pepino crezca con menos sobresaltos.

Desde lo comercial, se trabaja para que el producto final tenga más trazabilidad. A través de códigos QR, algunos lotes permiten ver cómo se produjo el pepino, qué tratamientos recibió y quién lo cultivó. 

La capacitación es otro pilar del modelo. Matías Imperiale impulsa ciclos de formación técnica donde se comparten experiencias y conocimientos con productores de distintas zonas. La idea es que el productor entienda por qué conviene hacer ajustes, qué beneficios trae y cómo puede adaptarse sin complicarse la vida.

El objetivo central de todo este esfuerzo es claro: lograr que el cultivo de pepino sea económicamente viable, sin comprometer la salud de las personas ni la del planeta. Agro Sustentable está mostrando que sí se puede alcanzar este equilibrio manteniendo tanto la calidad como el rendimiento.

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