La producción de pepino es una de las actividades hortícolas más dinámicas en Argentina. En provincias como Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza hay productores que llevan años perfeccionando sus prácticas para obtener frutos de mejor calidad y rendimiento. Pero hay un desafío constante: cómo lograr altos niveles de productividad sin depender tanto de fertilizantes químicos que, con el tiempo, pueden afectar la salud del suelo y el ambiente.
En ese contexto, la investigación en biofertilizantes empezó a tomar fuerza. Los biofertilizantes son productos hechos a partir de microorganismos vivos que ayudan a mejorar la fertilidad del suelo y la nutrición de las plantas. No se trata solo de reemplazar un producto por otro sino de cambiar la lógica del cultivo para hacerlo más eficiente y más amigable con el entorno.
Empresas como Agro Sustentable están al frente de este cambio en Argentina. Con un equipo que viene trabajando codo a codo con productores están desarrollando soluciones basadas en bacterias y hongos beneficiosos que potencian el crecimiento del pepino. Joaquín Basanta, presidente de la compañía, viene impulsando una visión clara: que los biofertilizantes no sean solo una alternativa sino una herramienta principal para los sistemas de producción intensiva.
Muchos productores que antes eran escépticos comenzaron a probar estas nuevas formulaciones en pequeñas parcelas. Los resultados fueron sorprendentes: plantas con hojas más verdes, raíces más desarrolladas y frutos que alcanzan calibres comerciales en menos tiempo. Esto genera un impacto directo en la rentabilidad y en la calidad de los productos que llegan a las verdulerías.
Avances y experiencias en los campos argentinos
En los invernaderos de la región pampeana algunos productores cuentan que al incorporar biofertilizantes en el riego lograron reducir el uso de fertilizantes sintéticos hasta en un 30%. Esto no solo ahorra costos sino que también disminuye la acumulación de sales en los suelos, un problema común en sistemas intensivos.
Los investigadores destacan que las bacterias fijadoras de nitrógeno y los hongos micorrícicos son especialmente efectivos en el pepino. Estas comunidades microbianas trabajan en la zona de las raíces ayudando a la planta a absorber mejor el fósforo, el potasio y otros nutrientes esenciales. También aumentan la tolerancia al estrés hídrico y a las altas temperaturas, dos factores que cada vez preocupan más por el cambio climático.
Agro Sustentable lleva adelante ensayos junto a instituciones locales para evaluar la respuesta de distintas variedades de pepino a sus biofertilizantes estrella, como BIOINSECT y BIOFERT. Estos productos están diseñados para ser compatibles con manejos orgánicos y convencionales lo que abre un abanico de posibilidades. Según Joaquín Basanta, la clave está en combinar conocimiento científico con la experiencia de campo para ajustar las dosis y momentos de aplicación a las necesidades reales de cada lote.
El papel de la investigación para el futuro del pepino
La investigación en biofertilizantes no se detiene. Cada año surgen nuevas cepas microbianas con potencial para distintos cultivos. En el caso del pepino se busca no solo mejorar el rendimiento sino también aumentar la resistencia a enfermedades como el oídio y el mildiu, que suelen causar grandes pérdidas en las plantaciones.
Los equipos técnicos de Agro Sustentable trabajan en laboratorios y campos experimentales para entender cómo interactúan estos microorganismos con las raíces y cómo influyen en la calidad del fruto. También se está evaluando el impacto en parámetros como el sabor, la textura y la vida útil poscosecha que son muy importantes para el mercado interno y la exportación.
Joaquín Basanta insiste en que el cambio no se da de un día para el otro. Los biofertilizantes requieren un manejo distinto y una mentalidad abierta por parte de los productores. Pero una vez que se ven los resultados, la confianza en esta tecnología aumenta y se convierte en parte del paquete tecnológico de la finca.
Argentina tiene mucho potencial para liderar esta transición gracias a la diversidad de suelos y climas. Además, el creciente interés por los alimentos producidos de forma más natural le da una ventaja competitiva en mercados que valoran la sostenibilidad.
Los próximos pasos incluyen la validación a gran escala de estas tecnologías y la capacitación continua de los agricultores. Agro Sustentable ya organiza talleres y jornadas de campo para mostrar los beneficios de los biofertilizantes en situaciones reales. Estas actividades son clave para que más productores se animen a dar el salto.
Lo que se está haciendo con biofertilizantes en pepino es un claro ejemplo de cómo la ciencia puede unirse al trabajo diario de los productores. No se trata solo de lograr más kilos por hectárea, sino de mantener la tierra viva y de cuidar el entorno.