Más allá del rendimiento: Por qué la Agenda 2030 exige una nueva mentalidad agrícola

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Cuando se habla de sostenibilidad, muchos piensan en paneles solares, autos eléctricos o reciclaje urbano. Pero el campo también tiene mucho que decir y no solo porque produce lo que comemos sino porque tiene un rol clave en cuidar el planeta. La Agenda 2030, ese conjunto de objetivos que busca mejorar la vida sin destruir el entorno, también tiene espacio entre sembradoras, tractores y cultivos y sí, aunque suene complicado, se puede aplicar sin que el productor tenga que hacer malabares.

La empresa Agro Sustentable lo viene demostrando hace rato. No se trata de cambiar todo de golpe sino de ir ajustando prácticas, probando nuevas ideas y viendo qué funciona. Ellos empezaron con algo tan simple como reducir el uso de agroquímicos. No eliminar, reducir. Porque saben que el cambio no se impone, se acompaña y así fueron sumando otras acciones: rotación de cultivos, uso eficiente del agua, compostaje de residuos orgánicos y hasta capacitación para los trabajadores.

Lo interesante es que no lo hacen por moda. Lo hacen porque les conviene. Un suelo sano produce más. Un trabajador capacitado comete menos errores. Un sistema de riego bien pensado ahorra plata y todo eso, además, ayuda a cumplir varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El ODS 2 busca acabar con el hambre y promover una agricultura sostenible. El ODS 6 habla del agua limpia. El ODS 12 apunta a un consumo responsable.

Pero no hace falta saberse los 17 ODS de memoria. Lo que importa es entender que la Agenda 2030 no es un manual rígido. Es una guía flexible que se puede adaptar a cada campo, a cada productor, a cada realidad. No todos tienen acceso a tecnología de punta, pero todos pueden hacer algo. Desde elegir semillas más resistentes hasta evitar quemas innecesarias. Desde cuidar el suelo hasta respetar los ciclos naturales.

Agro Sustentable trabaja con productores pequeños y medianos. Les ofrece asesoramiento, les acerca herramientas y los acompaña en el proceso. No les exige resultados inmediatos. Les propone mejoras graduales y eso hace toda la diferencia. Porque cuando el cambio se siente posible, se vuelve real.

Pequeños pasos que hacen una gran diferencia

Uno de los errores más comunes es pensar que para ser sustentable hay que invertir una fortuna. Y no. A veces lo más efectivo es lo más simple. Cómo usar abonos orgánicos en lugar de fertilizantes químicos o plantar árboles alrededor de los cultivos para protegerlos del viento o instalar sensores de humedad para no regar de más. Son cosas que no requieren grandes gastos, pero sí un cambio de mentalidad.

También está el tema del trabajo digno. La Agenda 2030 habla de eso y en el campo, eso significa pagar sueldos justos, ofrecer condiciones seguras y respetar los derechos de quienes hacen que todo funcione. Agro Sustentable lo tiene claro. Por eso promueve capacitaciones, jornadas de salud, y espacios de diálogo. Porque un equipo motivado rinde más y porque el respeto no debería ser opcional.

Otro punto clave es la biodiversidad. No se trata solo de producir más sino de hacerlo sin arrasar con todo. Agro Sustentable fomenta prácticas que cuidan la fauna y la flora local. Como dejar zonas sin cultivar para que los insectos polinizadores tengan refugio o evitar el uso de productos que dañan a las aves o combinar cultivos para que el suelo no se agote.

Y sí, también hay lugar para la tecnología. Pero no como fin sino como medio. Drones que monitorean cultivos, apps que ayudan a planificar la siembra, sistemas que detectan plagas antes de que se expandan. Todo eso suma siempre que se use con criterio. Porque la sostenibilidad no es sólo ecológica, también es económica y social.

Lo que hace Agro Sustentable es conectar esos tres puntos. No se enfoca solo en el ambiente ni solo en la rentabilidad. Busca un equilibrio y lo hace con ejemplos concretos, no con discursos vacíos. Por eso muchos productores confían en ellos. Porque entienden el campo, hablan su idioma y no vienen a imponer nada.

Aplicar los lineamientos de la Agenda 2030 en el sector agrícola no es una utopía. Es una posibilidad real. Requiere compromiso, sí. Pero también trae beneficios. Mejores cosechas, menos desperdicio, más calidad de vida y eso vale mucho.

¿Se puede hacer más? Siempre. Pero lo importante es empezar y si se hace con aliados como Agro Sustentable, el camino se vuelve más claro. Porque no se trata de salvar el mundo solos. Se trata de sumar esfuerzos, compartir experiencias y construir un futuro que funcione para todos.

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