ROTACIONES DE LA SOJA

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La inclusión de la soja en las rotaciones no ofrece dificultades, pudiendo seguir a cultivos de verano-maíz, sorgo y otros-, a cultivos de invierno como trigo, cebada, lino, arveja, lenteja, etc., o a pasturas anuales y/o perennes. De acuerdo con esto, se distinguen dos alternativas de producción: a) Soja de primera siembra, cuando se trabaja en una fecha óptima después de 4 a 5 meses de barbecho, durante el cual el suelo almacena agua. Esto ocurre cuando la soja sigue a otro cultivo de verano o pasturas roturadas anticipadamente.

b) Soja de segunda siembra, cuando sigue a un cultivo de invierno o a pasturas roturadas tardíamente. La fecha de siembra se demora con respecto a la óptima y la reserva de agua en el suelo es baja por ausencia de barbecho, siendo menores la seguridad de cosecha y el rendimiento, dependiendo exclusivamente de la ocurrencia de lluvias durante el ciclo de cultivo. En la región pampeana las posibilidades de la soja de segunda disminuyen de Este a Oeste debido a la disponibilidad de agua, y de Norte a Sur por el mayor retraso en la fecha de siembra. En base a estas dos alternativas, se pueden elaborar cuatro secuencias básicas para la soja:

1) Cultivo de invierno-soja de segunda;

2) Cultivo de invierno – soja de segunda – cultivo de verano; 

3) Cultivo de invierno -soja de segunda-soja de prima-vera-cultivo de verano o invierno;

4) Cultivo de verano-soja de primera.

Cualquiera de las cuatro secuencias puede recomendarse en el sector húmedo de la región pampeana, pero a medida que nos desplazamos hacia áreas subhúmedas, se debe recurrir a las secuencias 3 y 4, con mayor proporción de soja de primera.

Un tipo de rotación podría ser, uno o dos años de soja y dos o tres años de maíz o sorgos graníferos, que aprovechan extraordinariamente la acumulación de nitrógeno en el suelo.

La rotación con cereales invernales es posible en zonas donde la cosecha de éstos se realiza temprano y por el lógico atraso de la época de siembra, es conveniente elegir una variedad de ciclo más corto que el que corresponde para una época normal de cultivo. La siembra debe realizarse lo antes posible después de la cosecha de los cereales, conviniendo el pasaje de rolo para comprimir el volumen de paja enterrado.

La soja en rotaciones puede ser sembrada más tarde que la mayoría de los cultivos de verano y además, como cultivo de escarda, presenta la ventaja de colaborar en el control de las malezas mejorando además, las condiciones físico-químicas del suelo.

Por otra parte, en zonas de monocultivo de algodón, la introducción del cultivo de soja en la rotación, produce resultados extraordinarios en todo sentido.

Métodos de labranza para soja de primera

Labranza convencional. Consiste en el conjunto de labores que se efectúan tradicionalmente en el área sojera, incorporando los rastrojos, con rastra doble de discos o múltiple de discos en el otoño, inmediatamente después de la cosecha del cultivo anterior o después de un pastoreo corto. Durante el invierno se repite esta labor para controlar las malezas.

A fines de invierno se hará con implemento de reja y en primavera se prepara la cama de siembra con rastra de discos o cultivadores con rastra de dientes. Es frecuente el uso de abasto para emparejar la superficie y rolo desterronado para refinar el suelo.

Durante el barbecho se restringen las labores secundarias a lo indispensable para el control de las malezas, pues son negativas la excesiva remoción y la pulverización del suelo. Esto es fundamental sobre todo en áreas con erosión hídrica o con suelos livianos susceptibles a la erosión por el viento.

Labranza bajo cubierta. Consiste en labrar el suelo con herramientas que no inviertan la capa arable, permanecen-do los residuos sobre la superficie en una gran proporción, como una cubierta protectora que mantiene la superficie más fresca y húmeda, evitando la erosión y permitiendo la infiltración del agua. Se reemplaza el arado de rejas por el de cinceles, que realiza una labranza que se adapta mejor a los campos donde los residuos son finos y no demasiado pesados. Estos residuos del cultivo anterior se deben des-menuzar con rastra doble de discos o con triturador de paja durante la cosecha. Se aconseja realizar una pasada de cincel en otoño y otra en primavera, en forma cruzada.

Las labores secundarias de control de malezas y preparación de la cama de siembra se realizan con rastra de discos o con el mismo arado de cincel equipado con rejas cultivadoras. Las rastras de dientes deben ser de tipo flexible para que no arrastren la cubierta de residuos, y puede ser necesario equipar a las sembradoras con cuchillas planas que corten los residuos y eviten atascamientos.

Este método de labranza bajo cubierta es recomendable en especial, en áreas no excesivamente húmedas, con problemas de erosión hídrica o eólica.

Métodos de labranza para soja de segunda

Labranza convencional. Consiste en arar con reja el rastrojo del cultivo anterior y preparar la cama de siembra con rastra de discos y de dientes, siendo común el uso de rolo para refinar el suelo. El fácil manejo de los residuos se logra desparramándolos bien durante la cosecha y cuando su volumen es muy elevado, se deben desmenuzar con hélice o rastra doble de dientes, previo a la arada. Resulta muy práctico acusar al arado de rejas un rollo desterronado o rastra de dientes, a efectos de evitar la rápida desecación del suelo. Labranza reducida. Se trata de preparar la cama de siembra con rastra doble de discos, sin uso del arado de reja, desparramando con toda prolijidad los residuos durante la cosecha. Normalmente, con dos pasadas de rastra de discos acompañados de rastra de dientes flexibles se logra una cama de siembra adecuada, sembrando después de una lluvia para disponer de mayor humedad superficial. Este método permite reducir el tiempo y el costo de la preparación del suelo, adelantar la fecha de siembra y mantener la superficie cubierta de residuos. Se recomienda en especial para campos con rastrojos no muy gruesos y malezas pequeñas, sin excesos de humedad y con riesgo de erosión. Puede ser necesario adaptar la sembradora para evitar el atascamiento con los residuos y no es un método aconsejable para lotes con malezas perennes.

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