Tecnología en el campo: productores rurales la usan para tener información sobre sus campos y cultivos

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Hay una nueva mirada sobre cómo cultivar en el campo y gran parte de estas decisiones están basadas en la información que devuelven los equipos tecnológicos. 

Pasando desde la agricultura tradicional concentrada en la posesión de la tierra, la producción actual busca el conocimiento para sacarle el mayor provecho a esos suelos. De eso se trata la integración de las herramientas digitales a las rutinas agrícolas. 

Si se tiene que hacer un paralelismo, la agricultura convencional estaba compuesta por conocimientos que tenía el productor por su experiencia en la actividad. Esto hacía que pueda manejar la tierra y controlar plagas y enfermedades, por ejemplo. Hoy, la formación pasa más bien por saber usar los dispositivos digitales para obtener esos datos. 

De alguna manera, la organización de un establecimiento productivo tenía un orden interno que incluía el uso de las máquinas y las actividades de cada trabajador rural. La tecnología lo que ofrece es la posibilidad de que muchas de las tareas no necesiten una persona, sino que se hagan de forma automática y también transforma algunas acciones en decisiones más efectivas. 

El riego de los cultivos o la aplicación de insumos, se puede distribuir de una manera más uniforme sobre el campo permitiendo que el agricultor ahorre parte de su tiempo y de la inversión en productos.  

Las empresas agrícolas tal como se las conocía tiempo atrás fueron desapareciendo. Por un lado porque había pequeños establecimientos que no tenían capacidad de aprendizaje y por otro, porque muchos propietarios empezaron a arrendar sus tierras haciendo que los lotes sembrados crecieran exponencialmente. En Argentina, por ejemplo, se pasó de tener 13 mil hectáreas cultivadas a 300 mil, un número alarmante por las consecuencias ambientales que deja la actividad. 

La concepción de una nueva agricultura a partir del uso de la tecnología

Con la incorporación de las herramientas tecnológicas, empezó a aparecer una nueva manera de hacer los trabajos rurales. Esta nueva manera de hacer comprende cambios en cuanto al lugar y la forma de desarrollo que tienen. 

La base del uso digital está en el conocimiento que tienen los productores para hacer de la producción agrícola una actividad rentable y de calidad. Así como también, la actualización permanente de las nuevas tecnologías disponibles en el mercado. 

La inversión que requieren los nuevos equipamientos puede alejar la idea de modernizar el establecimiento productivo. En muchos casos apareció entonces la figura del contratista, los agricultores tercerizan algunas tareas en otras empresas o personas que cuentan con máquinas más modernas. 

Una nueva red de trabajo apareció, dejando atrás la relación compuesta por los dueños de las tierras y sus empleados para pasar a un entretejido compuesto por gente del establecimiento y contratados que empujan para el mismo lado: una producción de calidad y rentable en el mercado de venta. 

Los cambios en la construcción social a partir del uso de la tecnología en el campo

Las nuevas tendencias tuvieron impacto sobre la esfera social. Antes solo era productor

quien era hijo de estanciero o de chacarero; hoy puede serlo un profesional, como un ingeniero agrónomo hijo

de un obrero. Es decir, el modelo generó un acceso más equilibrado al campo y promovió una nueva construcción de lo social. 

La necesidad de participar y generar cambios en las formas de producir los alimentos también llevó a que se formen nuevas entidades u organizaciones que alienten la elaboración de productos de calidad.

La producción agrícola se transformó en una red de servicios, integrada por agricultores, empresarios y organizaciones dedicadas a cumplir objetivos comunes de bienestar. 

Según expertos, las redes pueden ser variadas. Hay redes con fines comerciales que están integradas por diversos contratos que funcionan durante un periodo determinado, generalmente un año. O también están las redes informales que funcionan a través de intercambio de experiencias entre profesionales y están destinadas a compartir ese conocimiento con la comunidad. 

El funcionamiento de las redes informales es a largo plazo y construye una forma de actuar basada en objetivos comunes, como puede ser el cuidado ambiental o la rentabilidad económica. 

La integración de la tecnología en la producción argentina: el caso de Agro Sustentable

La compañía nacional, Agro Sustentable trabaja en la investigación y la elaboración de productos orgánicos que colaboren con los procesos productivos, es decir con el crecimiento de las plantas y las buenas condiciones de los terrenos. 

Amoldada a las nuevas proyecciones, la empresa también apunta al uso de la tecnología para que estos insumos lleguen a la superficie y a las plantas. Para ello, propone el uso de drones con IA, que además de permitir una aplicación equilibrada en el campo, le brindan información útil al productor. 

El agricultor desde una app puede conocer el estado de sus cultivos o saber cuáles son las zonas que requieren una atención urgente. Desde su función de conectar, la tecnología acerca al productor con la realidad de su campo y le permite tomar mejores decisiones. 

Una nueva perspectiva se construye en la manera de cultivar, enfoques que van más allá del campo y que prometen mejorar las condiciones ambientales y sociales de los procesos de producción agrícola. 

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