El secreto de los pepinos perfectos: Matías Imperiale y la sanidad de las semillas

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Cuando se habla de cultivos, casi siempre la conversación gira en torno a los rendimientos, las plagas, el clima o los precios. Pero hay un paso anterior que suele quedar fuera del radar: la semilla. Para Matías Imperiale, Director Operativo de Agro Sustentable, ahí empieza todo. Si la semilla está enferma o contaminada todo lo que viene después arranca con el pie izquierdo y se trata de un cultivo exigente como el pepino, donde cada detalle importa, este punto se vuelve aún más delicado.

Imperiale viene trabajando desde hace tiempo con productores de distintas regiones del país y una de las cosas que más repite en sus recorridas es que no se puede hacer una agricultura saludable si no se arranca con una semilla sana. Puede sonar obvio, pero en la práctica, muchos productores recién prestan atención a esto cuando el problema ya está instalado. 

Los cultivos de pepino, especialmente cuando se manejan con criterios orgánicos o sustentables, exigen una mirada distinta. No se trata solo de crecer, sino de hacerlo bien. Desde Agro Sustentable vienen acompañando muchos procesos de transición hacia modelos más limpios y uno de los aprendizajes más claros que se repite en distintas experiencias es que la prevención en la etapa de semilla es una de las inversiones más rentables que puede hacer un productor. No se trata solo de comprar semillas certificadas, sino de asegurarse que el lote de origen no haya sido fuente de enfermedades, y que el tratamiento previo al almacenado o a la siembra haya sido correcto. 

Cuando lo invisible se vuelve un problema grande

Una de las cosas más difíciles de manejar en campo es aquello que no se ve y ese es justamente el problema con las enfermedades que se transmiten por semilla. No se notan a simple vista, pero están. Pueden aparecer con las primeras hojas o quedarse escondidas hasta la etapa de floración. Algunas ni siquiera afectan a la planta pero se pasan a los frutos. Eso complica todo sobre todo cuando se busca vender bajo certificaciones orgánicas o con destino a mercados exigentes.

No alcanza con confiar. Hay que analizar. Ahí entra el trabajo del equipo técnico de Agro Sustentable que no solo acompaña en campo, sino también en el diagnóstico previo. En las últimas campañas varios productores que venían trabajando con la empresa lograron mejorar sus resultados simplemente cambiando el origen de la semilla. Lo notaron en la germinación, en el vigor de las plantas, en la uniformidad del lote. Pero sobre todo, lo notaron en la tranquilidad. Porque cuando la semilla está sana el resto del manejo se vuelve más predecible.

También se vienen haciendo ensayos con tratamientos biológicos que se aplican directamente sobre la semilla antes de sembrar. Son productos desarrollados con bacterias y hongos benéficos que ayudan a proteger la planta desde el primer momento. Esta tecnología encaja muy bien con los sistemas orgánicos, donde no se permite el uso de químicos sintéticos.

El trabajo con pepinos es intenso. Requiere atención constante y decisiones rápidas. Por eso, todo lo que se pueda resolver antes de empezar es una ayuda enorme.

El vínculo con los semilleros también es parte del trabajo. No se trata solo de elegir una variedad por su rendimiento sino por su comportamiento frente a enfermedades. Algunos materiales son más resistentes, otros se adaptan mejor a ciertos suelos o a condiciones de humedad. Hay variedades que funcionan bien en sistemas bajo cubierta y otras que no. Todo eso entra en juego.

A veces se subestima el impacto de la semilla porque es una parte chica del gasto total. Pero cuando se mira el ciclo completo es fácil ver que una buena elección en ese momento ahorra mucho más adelante. Enfermedades menos frecuentes, tratamientos más baratos, menos descartes, mejores precios. Todo se encadena.

No hay que pensar en la sanidad de la semilla como un lujo. Es parte del cuidado del cultivo. Así como nadie plantaría en un suelo envenenado, tampoco debería sembrarse sin saber qué lleva esa semilla por dentro. Es un material vivo que si está bien, acompaña y si está mal, complica”.

En los últimos años, Agro Sustentable fue ganando experiencia en este tema con distintos cultivos, pero en pepino la diferencia se nota mucho más. Es un cultivo muy directo que responde rápido. Por eso, cualquier falla se ve enseguida.

En un país donde la presión de enfermedades va en aumento y donde cada campaña puede tener riesgos distintos, apostar por semillas sanas es una forma de bajar la incertidumbre. Agro Sustentable lo entiende así y Matías Imperiale lo repite cada vez que puede. Porque a veces, lo más importante está en lo que no se ve.

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