Esta innovación permite tener un “mapa” tecnológico, que tiene una función primordial de minimizar riesgos.
En los últimos años, la tecnología irrumpió con sus innovaciones en distintas áreas y la agricultura no es la excepción. Con la aplicación de diversas herramientas, el sector tiene una transformación sin precedentes. El mapeo 3D de terrenos agrícolas es uno de ellos.
Esta tecnología, que combina drones, sensores y análisis de datos, ofrece a los agricultores una visión detallada y precisa de sus campos, brindando información para una gestión más eficiente y sostenible de los recursos.
Qué es el mapeo 3D y cómo funciona en la agricultura
El mapeo 3D se realiza con drones equipados con cámaras de alta resolución, sensores y sistemas GPS que tiene como objetivo capturar datos del terreno desde el aire.
A medida que los drones sobrevuelan un campo, recopilan imágenes y mediciones que son procesadas por software avanzado para crear modelos tridimensionales detallados sobre el territorio observado. Estos modelos cuentan con información importante sobre la topografía, la distribución de cultivos y las condiciones del suelo.
Los datos recopilados pueden agregarse a plataformas de agricultura de precisión, dándole a los agricultores una herramienta para la toma de decisiones informadas.
Entre as ventajas que arroja el accedo al mapeo 3D en la agricultura se destacan la optimización del uso de recursos como la aplicación de fertilizantes, agua y pesticidas de manera precisa. La detección de problemas para implementar soluciones anticipadas y también permite realizar una planificación de infraestructura como el diseño de sistemas de riego, por ejemplo.
Brasil y Estados Unidos, el mapeo 3D es un recurso ya aplicado en la agricultura para mejorar el rendimiento de los cultivos, teniendo grandes resultados.
Lo cierto es que el mapeo 3D es una de las herramientas al crecimiento en el rubro. Su desarrollo podría combinarse con la inteligencia artificial y el Internet de las cosas para contar con mayor precisión y actualización.
Además, el uso de satélites podría complementar los drones para cubrir extensiones más grandes, teniendo una vista con más detalles.
No obstante, uno de los principales desafío que presenta esta herramienta es el costo inicial de inversión en la tecnología que se necesita, como es la compra de drones, sensores y software especializado. También, la falta capacitación necesaria para interpretar los datos generados por el mapeo 3D es un obstáculo a resolver.
Sin embargo, el mapeo 3D de terrenos agrícolas es símbolo de cambio del paradigma en el sector y la forma de trabajar. Poder acceder a información detallada permite a los agricultores maximizar su productividad al tiempo que cuidan el medio ambiente.
En un escenario actual donde la seguridad alimentaria es una prioridad global, el mapeo 3D podría ser una herramienta clave para enfrentar los retos del presente y del futuro. Como así también funciona como un modelo a duplica para minimizar el impacto ambiental de la actividad agrícola.